El trabajo de distribuir estas mercancías debe estar cuidado metódicamente, para evitar cualquier tipo de fuga de temperatura o efecto la seguridad y condición de los productos.

Pero ahora nos estamos adentrando en una temporada que los pone en riesgo: el verano. Son muchos los condicionantes que afectan de manera directa a los métodos y formas de distribuir, entre los que encontramos la temperatura ambiente. Las temporadas de primavera y verano vienen acompañadas de un crecimiento sustancial de las temperaturas, hecho que afecta de manera directa a la cadena de frío y toda la actividad que la rodea.

En este contexto es donde entra en juego el papel de la logística del frío, actividad que aborda todas las fases de los productos con necesidades específicas de temperatura. Un almacén preparado resulta esencial, así como contar con vehículos capaces de asegurar de la manera más eficiente su calidad.

Logística del frío en épocas de calor

Las altas exigencias a las que deben hacer frente los operarios de las mercancías en frío aumentan considerablemente en épocas de calor. Esto sucede por otro gran condicionante por el que se ven afectados: el aumento de la demanda.

El crecimiento de las temperaturas genera de manera paralela un auge en la demanda de productos de alimentación en frío. En aquellos que comúnmente necesitan de estos servicios, como pueden ser los fármacos, la situación que se afronta resulta ser un gran desafío.

Este escenario hace que, inevitablemente, el coste de estos trabajos aumente. No es sólo la mayor carga de trabajo lo que lo condiciona, la necesidad de contar con mayores herramientas de seguridad para asegurar en todo momento la calidad de las cargas resulta esencial.

Las empresas dedicadas a la distribución de la cadena de frío deben estar preparadas para abordar este suceso. ¿Cómo? Con el uso de tecnologías y equipos preparados.

Tecnologías como solución

La incorporación de nuevas tecnologías en el escenario logístico es una realidad cada vez más presente. De hecho, según un estudio de la patronal UNO Logística junto a la compañía T-Systems Iberia, la digitalización logística está viviendo un impulso cada vez mayor. Son cinco las tecnologías que se ven como pioneras de este cambio: los servicios Cloud, la ciberseguridad, el Internet de las Cosas, la analítica de datos, la Inteligencia Artificial…

Estas herramientas emergentes no sólo permiten una mejora en cuestiones de eficiencia de las operaciones, también ayudan a mejorar las estrategias y a obtener, en el caso del transporte, soluciones aplicadas a la optimización de rutas.

Aplicándolas al transporte en frío estas tecnologías pueden ayudar de manera sustancial a mejorar las formas de distribuir productos perecederos o con necesidades específicas de temperatura.

Las tecnologías actuales han permitido introducir sistemas de refrigeración que evitan las pérdidas de temperatura de manera satisfactoria, impidiendo que la temperatura ambiente influya de manera directa en la calidad de los productos. Otras como los sensores, permiten a los operarios y transportistas llevar un control completo de los grados que hay dentro del contenedor. De esta manera, se evitan de mejor manera las pérdidas de temperatura y se logra un mejor control de la situación.

Con herramientas como éstas se puede mejorar de manera sustancial el control de las mercancías en temporadas de primavera y verano.

Profesionalidad, factor clave

Pero no son sólo las tecnologías las que influyen en un buen trabajo, es la calidad de los empleados y de la empresa la que asegura un trabajo abordado de la manera más eficaz.

La distribución en frío supone un gran reto, y más en épocas en las que la temperatura ambiente genera más necesidades de control y gestión de las cargas. Por eso resulta esencial contar con una empresa especializada en este tipo de transporte.

No es sólo la profesionalidad que transmite sino también los años de experiencia los que hacen relucir el papel de SOAPA Europa, negocio especializado en el transporte y almacenaje en frío, ofreciendo una distribución a temperatura controlada por toda la península ibérica.