Todos los alimentos que se encuentran en los supermercados, restaurantes y casas, han recorrido largos kilómetros. Para que su estado se conserve en las mejores condiciones posibles, es necesario que el modo de distribución se adapte a sus necesidades. Lo mismo sucede cuando hablamos de medicamentos o vacunas. Como ya pudimos ver durante la crisis del COVID 19, el papel de la logística para el mantenimiento y distribución de los fármacos resultó esencial.

El tipo de transporte que más se acomoda a las exigencias de los productos a temperatura controlada suele darse por carretera. Los camiones tienen la facilidad de poder instalar distintos sistemas que ayuden a preservar las necesidades de los productos de manera fácil y con un transporte rápido.

En casos como los alimentos, en 2021 el 94,1% del volumen total de frutas y hortalizas frescas se transportaba en camiones. Este dato, obtenido de la Federación Española de Asociaciones de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX), señala el papel clave que juega el transporte por carretera para este tipo de alimentos – característicos por la necesidad de encontrarse bien conservados -.

Profesionalidad en transporte refrigerado: un factor esencial

Debido principalmente a las particularidades de estas mercancías, delegar su distribución a un equipo de profesionales expertos en su tratamiento resulta esencial. Contar con personal cualificado marca una diferencia en la realización de toda actividad. Si nos centramos en el transporte a temperatura controlada se nos hace inevitable suponer que un buen equipo asegurará la protección de esta delicada carga.

Cuando hablamos del reparto de fármacos y alimentos nos encontramos con una serie de normas y regulaciones que fundamentan cómo debe ser un buen traslado de estos productos por las carreteras. Desde el proceso de almacenaje a las maniobras y su posterior distribución, todas las fases deben realizarse de la mejor manera posible para asegurar la protección y seguridad de la mercancía.

La competitividad que reina en un sector tan impredecible como este ha generado que la eficiencia y la experiencia reinen como valor añadido en los servicios de distribución. En este sentido, lo que más se tiene en cuenta es la capacidad de adaptación de los recursos a las distintas exigencias de la carga.

Cuando se cuenta con una empresa profesional dedicada a una actividad tan específica como la distribución de mercancías a temperatura controlada la experiencia es visible en la buena organización y gestión de sus recursos, minimizando riesgos, evitando daños en la mercancía y reduciendo los costes.

Importancia en la cadena de frío

Alimentos como la comida precocinada y envasada, congelados o carnes y pescados necesitan unas condiciones muy específicas para su buena conservación. Desde su recepción hasta el almacenamiento y distribución, resulta necesario que los operarios que manejen estos productos tengan los conocimientos necesarios para impedir cualquier contratiempo en su transporte.

La cuestión debe ser evitar que se rompa la cadena de frío. Si esto sucede toda la carga corre el peligro de sufrir graves consecuencias en su conservación y pueden llegar a estropearse. Una empresa con experiencia em el tratamiento de estas mercancías sabe qué vehículo es el más adecuado para mantener la temperatura óptima y cómo reducir los tiempos de carga y descarga de modo que los productos no sufran grandes cambios de temperatura.

A su vez, la realización de controles rutinarios a los vehículos y contar con herramientas tecnológicas que ayuden a controlar y preservar la temperatura interior de las flotas marca un valor añadido en la empresa.

Son estos pequeños detalles los que hacen resaltar la importancia de contar con un equipo de profesionales orientados a realizar estas actividades de la manera más eficiente y óptima posible.