Incorporar estrategias que permitan poco a poco adaptarse a un desarrollo de actividades más sostenibles es un reto para el sector. Según el Inventario de Gases de Efecto Invernadero publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), en 2020 el sector de actividad con más influencia en el total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) fue el transporte (27,7 %), seguido de la industria (21,4 %).
La falta de compromiso de muchas empresas logísticas es una realidad y la podemos ver reflejada en otro estudio denominado "Perspectivas para la Logística en el Sector de Gran Consumo”, presentado por AECOC en octubre de 2021. En éste se mostraba que tan solo 1 de cada 2 empresas mide la huella de carbono generada por su actividad logística e incorporan planes para tratar de reducirla. Este hecho no hace más que mostrar la necesidad de las empresas de incorporar, aunque sea de manera paulatina, nuevas estrategias y herramientas para lograr un desarrollo más cuidadoso con el medio ambiente.
¿Qué es el cross-docking?
Dentro de los procesos logísticos podemos encontrar el cross-docking. Su objetivo principal es ahorrar costes, reducir los tiempos de entrega y contribuir a una bajada de emisiones al optimizar los procesos de transporte.
Este sistema de distribución se basa en una coordinación de proveedores, almacenistas y transportistas para lograr reducir e incluso eliminar el tiempo de almacenaje. Para poder explicarlo de una manera efectiva dividiremos su proceso en fases:
Llegada y recepción de la mercancía. Primero se debe planificar la llegada de la carga y el lugar asignado para depositar dichas mercancías. El paso de tener estos primeros puntos organizados es muy importante para evitar posibles problemas en la organización de los servicios.
Identificación y etiquetado. Un paso esencial en todo transporte de mercancías es la revisión de las cargas, para asegurar la calidad y que las mercancías no han sufrido daños. Tras ello se registran y etiquetan, paso esencial para la trazabilidad de los paquetes.
Expedición de la carga. Por último, se debe redistribuir la carga en función de los destinos, creando rutas que permitan entregar el mayor número de mercancías en un viaje. De esta forma se logra un ahorro en el tiempo de distribución y una mejora de servicio de cara al cliente.
También podemos señalar la existencia de dos tipos de cross-docking. Por un lado, el predistribuido, el cual no necesita ningún tipo de manipulación por parte de los operarios, al estar la mercancía ya organizada por el proveedor. Esto implica que el único paso que falta por realizar es el de la distribución directa a los puntos de entrega. Por otro lado, encontramos el consolidado, el cual conlleva todos los pasos para su organización y distribución, es de los más comunes.
¿En qué influye el cross-docking a la sostenibilidad?
Pese a que aparentemente no exista una conexión directa con la sostenibilidad, la realidad es que incorporarlo al transporte de mercancías genera cambios en el nivel de contaminación de los camiones.
El objetivo de este sistema es realizar las rutas teniendo en cuenta no la procedencia del paquete sino su destino. De esta forma, diversos paquetes que pueden estar repartidos en distintos transportes se juntan en uno para realizar una ruta más efectiva. Las ventajas frente a la contaminación son la realización de trayectos más cortos y mejor distribuidos, lo que se traduce en una menor contaminación de los vehículos.
De entre todas las ventajas que genera aplicar esta técnica a los procesos logísticos (mejora de eficiencia y productividad, reducción de costes de almacenaje, mejora de tiempos, etc.) sin duda la reducción de huella de carbono es un punto esencial para su implantación. Su incorporación en procesos de logística permite obtener ventajas tanto al empresario como al medio ambiente y, de esta manera, también a la sociedad.