Qué implica romper la cadena de frío

Controlar la temperatura controlada en todas las etapas de la supply chain es esencial para evitar pérdidas de calidad y degradaciones en la mercancía. Te contamos 5 claves para lograrlo
La cadena de frío logística requiere un rango elevado de delicadeza, tecnología y expertise para garantizar la temperatura controlada de la mercancía. La cadena de frío de la que hablamos está compuesta por una serie de eslabones que deben permanecer intactos para transportar y gestionar a la perfección los productos en frío.

Las etapas que forman parte de la cadena de frío y que deben controlarse son: el almacenamiento y conservación en cámaras frigoríficas; el transporte en vehículos refrigerados; y la distribución hasta los puntos de venta y/o clientes finales.
 
Las roturas en la cadena de frío pueden tener grandes implicaciones en las mercancías gestionadas, por eso es tan esencial. El frío es un elemento que logra asegurar, en el caso de los productos alimentario, el estado de degradación y la conservación de sus propiedades sensoriales (como el olor, sabor y gusto).
 
A continuación, detallaremos las consecuencias de romper con la cadena
de frío a lo largo de la supply chain.
 

Las 3 consecuencias más desastrosas de romper la cadena de frío

 
1. Degradar la calidad: las roturas de la temperatura controlada pueden alterar la calidad de los alimentos, provocando malos olores, pérdida nutricional o la aparición de bacterias. En el caso roturas en el transporte de mercancías sanitarias, como vacunas o medicamentos, pueden hacer que pierda su eficacia y utilidad, teniendo que tirarlos.
 
2. Minimizar el tiempo de conservación: Por culpa de las roturas en la temperatura, la conservación de los productos se reduce. Esto puede hacer que, al llegar a su destino final, no cumplan con los estándares requeridos.

3. Intoxicaciones: En el caso de los alimentos, es probable que las roturas de la temperatura provoquen descomposiciones e intoxicar a los usuarios que las consuman.

Sin embargo, hay sistemas para detectar si la cadena de frío se rompe o no. A continuación, explicaremos cómo lograrlo.

 

Las 4 claves para detectar si la cadena de frío se ha roto


1. Revisar el etiquetado: Tener bajo control las etiquetas es esencial
para tener en cuenta las mercancías que requieren una
conservación en frío y la temperatura concreta que es necesario
mantener a lo largo de la supply chain.

2. Comprobar la temperatura de los refrigeradores: Es necesario
comprobar constantemente la temperatura de los refrigeradores
para poder garantizar el mantenimiento de la cadena de frío.
Cuando hablamos de alimentos congelados, por ejemplo, debemos
verificar que los arcones no superen los -18 °C.

3. Examinar minuciosamente la mercancía: Debemos asegurarnos de
que los paquetes no traigan escarcha, que su contenido esté suelto
o que no tenga zonas blancas, pues sería una señal de que no ha
habido una descongelación parcial a lo largo de su viaje.

4. Trazabilidad: Contar con sistemas de trazabilidad es esencial, pues
son herramientas imprescindibles para controlar el estado de las
mercancías en cada fase y garantizar su calidad y conservación.

5. Uso de bolsas isotérmicas: Hacer uso de recipientes como bolsas
isotérmicas es una solución para mantener el frío de la mercancía
durante más tiempo a lo largo de la cadena de suministro.

En definitiva, mantener la temperatura controlada a través de todas las
facetas de la supply chain es posible siguiendo estas pautas y contando
con un operador logístico experto en el transporte en frío como Soapa
Europa.
 


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